8 trucos para una bechamel perfecta

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29/04/2018
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Aunque hay salsas de todos los tipos y para todos los gustos, una de las más habituales en la cocina española es la bechamel. La encuentras bajo un gratinado de pasta o verduras al horno, o algo más espesa en las croquetas. Si todavía se te resiste su preparación, no te preocupes: presta atención a los trucos que te damos en #cocinaconBosch para aprender a conseguir la bechamel perfecta. ¡Verás que no tenía tantos secretos como creías!

¿Por dónde empezamos?

Lo bueno de la bechamel es que no se compone de ingredientes muy complicados, sino que se realiza a partir de productos muy comunes en nuestro frigorífico. De modo que, si un día te entra el antojo, seguramente podrás prepararla sin necesidad de tener que hacer un viaje al supermercado. Esto es lo que necesitas:

  • Mantequilla
  • Harina
  • Leche
  • Sal
  • Nuez moscada o pimienta (de manera opcional, aunque siempre le darán un toque final al sabor)

Ingredientes en la receta de la bechamel.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La cantidad necesaria de cada ingrediente variará en función de si prefieres una bechamel más ligera o más espesa. Si la quieres más ligera, deberás añadir la misma cantidad de harina y mantequilla. Si la prefieres espesa, añade el doble de harina que de mantequilla. Dependerá de si la quieres para para hacer unos canelones, por ejemplo, o unas croquetas.

¿Cómo se hace una bechamel perfecta?

Hacer bechamel es sencillo. Los mayores problemas con los que solemos encontrarnos son la aparición de grumos y dar con un sabor equilibrado (sin pasarnos de nuez moscada o pimienta). Todo puede solucionarse con paciencia y los 8 trucos que te damos a continuación.

Para conseguir una bechamel sabrosa y sin grumos hay que seguir estos 8 trucos, te saldrá perfecta y en el punto que deseas: más clara o más espesa.

1. Calienta la leche. Te aconsejamos que le des un poco de calor a la leche calentándola en el microondas durante unos segundos. Uno de los motivos por los que la bechamel queda con grumos es si se añade la leche fría. Este es el truco infalible con el que harás una salsa bechamel sin un solo grumo.

2. Remueve con una varilla. Es el mejor utensilio de cocina para remover salsas y batir ya que su forma permite que los ingredientes se mezclen al realizar movimientos circulares.

3. La mantequilla tiene que estar deshecha. Antes de añadir la harina, deshaz la mantequilla a fuego medio para que impregne todo el fondo del recipiente y no se tueste la harina.

4. Tamiza la harina y no pares de remover hasta que quede bien integrada junto con la mantequilla.

5. Sofríe la harina para que adquiera la grasa de la mantequilla. En un par de minutos tendrás el “roux”, en cocina es la base de muchas salsas como la bechamel, y que consiste en mezclar harina con mantequilla a fuego lento para añadirle posteriormente un líquido.

6. Añade la leche a cucharadas. No la eches de golpe en el recipiente. Es mejor que vayas añadiendo varios cazos mientras remueves ya que así la harina se va deshaciendo lentamente.

7. Liga la bechamel. Para ello tienes que estar unos 30 minutos removiendo sin parar. En este punto, y si quieres una bechamel espesa, te recomendamos que utilices una espátula para mezclar mejor la salsa.

Añádele tu toque personal. Al final de la elaboración, ralla nuez moscada o un poco de pimienta negra para aportar más sabor a la salsa.

 

Tú decides el toque final. Lo más habitual es rallar un poco de pimienta negra o nuez moscada, que tiene un aroma dulce y muy fragante, para aportar más sabor a la salsa. Siempre vigila el punto de cocción para que la masa no tenga un sabor ni crudo ni quemado.

Y si los comensales son veganos, no te preocupes: sustituye la leche por caldo de verduras y la mantequilla por margarina (revisa la etiqueta por si hay sueros o componentes de origen animal), y tendrás una velouté estupenda.

¡Ya sabes cómo preparar una bechamel que enamorará a todos!

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