Prepara tu salsa barbacoa casera

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22/06/2017
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Si eres de los que siente la necesidad de darle un toque diferente a las recetas para personalizarlas, entonces seguro que las salsas son uno de tus recursos favoritos. ¡Y no nos extraña nada! Aportan color, textura, jugosidad y, por supuesto, mucho sabor. De hecho, en muchas ocasiones la salsa contiene ingredientes o especias que realzan y potencian el plato al que acompañan.

Tal es el caso de la salsa barbacoa, cuyo primer uso data de 1909 en Atlanta (EEUU), cuando experimentaban con los sabores de la carne que asaban en parrillas improvisadas en la calle. Hoy en día es la salsa entre las salsas, además de una fiel compañera de la carne, especialmente de las costillas y del pollo asado.

Esta tradición gastronómica ya se ha exportado a todo el mundo y hoy no se concibe una barbacoa sin su salsa. En #cocinaconBosch ya te contamos cómo preparar un delicioso costillar al horno, así que con esta receta ahora puedes añadir la salsa barbacoa casera que se merece.

Salsa barbacoa

Ingredientes:

150 g de cebolla

40 g de aceite de oliva

2 cucharaditas de pimentón picante

100 g de whisky

250 g de salsa de tomate

50 g de zumo de limón

100 de vinagre de Jerez

90 g de miel o melaza

70 g de salsa Perrins

Elaboración:

  • Pica la cebolla.
  • A continuación, sofríela en la sartén hasta que esté transparente seleccionando el nivel 1 de control de temperatura del aceite en tu placa de inducción. Mantén esta temperatura durante toda la cocción. Si tu placa no cuenta con esta función, utiliza una potencia baja para pochar la cebolla.
  • Añade el pimentón y muévelo con una cuchara de madera durante poco tiempo para que no amargue.

Placa Bosch

  • Agrega el resto de ingredientes: el zumo de limón, el vinagre, la salsa de tomate (mejor si es casera), el whisky, la miel o melaza, la salsa Perrins y la sal.
  • Programa la placa 20 minutos o cocina durante ese tiempo. Sin tapar la sartén, deja que la salsa reduzca y espese. Recuerda removerla de vez en cuando para que quede homogénea y vigila la consistencia.

 

Ahora ya puedes servirla sobre tu costillar. ¡Disfruta!

 

 

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