Cómo hacer pizza a la piedra en el horno
Pensabas que nunca más volverías a probar unas pizzas como aquellas de ese viaje a Roma. Pero tú también puedes convertirte en un auténtico chef italiano sin moverte de casa. El secreto está en cocinar la pizza a la piedra en el horno.
Habrás visitado más de un restaurante donde utilizan este método, ¡y tú también puedes ponerlo en práctica en tu cocina! Entre otras cosas, con la cocción a la piedra se reduce el tiempo de cocción y además se consigue una masa más dorada y crujiente.
Como hacer pizza a la piedra en el horno
La piedra para hacer pizza en el horno es un accesorio especial de los hornos Bosch y podrás adquirirla en el Servicio de Asistencia Técnica, en comercios especializados o en Internet. Además de preparar pizza, con ella también podrás hacer pan y panecillos, que necesitan adquirir una base crujiente. Antes de usarla, debes comprobar si la piedra es apta para tu modelo de horno.
Pizza a la piedra en horno de vapor
Antes de cada uso es necesario calentar la piedra. Para ello, selecciona las resistencias superior e inferior y la máxima temperatura. El proceso te llevará entre 45-75 minutos dependiendo del horno, aunque si tienes un horno de vapor se calentará antes gracias a que la transferencia de calor es mayor.
Una vez la piedra esté caliente, fija la temperatura de cocción. En nuestros hornos simplemente tendrás que seleccionar la Función Pizza y mantener la temperatura al máximo (250ºC). Además, si en el display eliges la opción Pizza, un sensor de horneado se activará automáticamente y te avisará cuando la pizza esté lista. Si tu horno no cuenta con este tipo de asistente, fíjate en si el queso se ha fundido homogéneamente y si el borde ha comenzado a tostarse. Este proceso suele llevar 8-10 minutos, dependiendo del grosor de la masa y de los ingredientes utilizados. Cuando metas y saques la pizza, ayúdate de una pala metálica o de madera para no quemarte.
Después del banquete, tendrás que esperar a que la piedra se enfríe por completo para limpiarla. Con un trapo húmedo será suficiente y, si hay restos de ingredientes, puedes utilizar una rasqueta de madera o plástico para eliminarlos. Además, evita el uso de jabones y productos químicos.
Ya no hará falta que vuelvas a Roma para saborear la pizza de tus sueños. ¡Siente como cruje!