Tu fondo de frigorífico

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16/06/2014
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Seguro que a ti también te ha pasado… Llegar a casa cansado del trabajo, sin ganas de cocinar, sin alimentos básicos en tu frigorífico, y acabas comprándote algo precocinado que no te aporta los nutrientes necesarios para afrontar tu día a día.
No te preocupes, para llevar una dieta equilibrada hemos preparado una lista de alimentos que debes tener siempre en tu frigorífico a modo “fondo de armario” y la mejor manera de conservarlos. Estos alimentos nos sacarán de más de un apuro, ya que son fáciles de cocinar, ahorraremos tiempo y nos ayudan a seguir una alimentación sana y equilibrada.

  • Huevos: Se conservan en muy buen estado ya que son duraderos. Además, nos aportan gran cantidad de nutrientes e infinidad de posibilidades a la hora de cocinar platos saciantes como tortillas, revueltos, sopas…
  • Lácteos: Alimentos como la leche, los yogures o el queso, son básicos a tener siempre en tu nevera, aunque debemos de tener en cuenta algunas pautas para su conservación.El yogur es el postre perfecto que se puede tomar en cualquier momento del día. La leche, ideal para el café o los cereales, debemos consumirla en un plazo de 4 o 5 días, o verterla en un bote de cristal si queremos que nos dure más. El queso podemos conservarlo en el frigorífico durante mucho tiempo, sobre todo si lo compramos en cuña.
  • 2 o 3 tipos de verduras de temporada: Porque aportan las vitaminas necesarias en tu día a día. Un buen truco es tener siempre alguna lechuga, aunque no la comas con frecuencia porque siempre te puede sacar de un apuro. En los frigoríficos HydroFresh se conservan frescas y en óptimas condiciones hasta 60 días, más del doble que en un cajón convencional.
  • Cebolla: Es uno de los alimentos más duraderos que existen, aporta muchísimos nutrientes y además se puede añadir en cualquiera de tus comidas como ensaladas, caldos, cremas, arroces, pastas…
  • Jamón serrano o jamón cocido: Al igual que el queso, son perfectos para acompañar cualquier bocadillo o tostada. Una vez abiertos es bueno sacarlos del envase y meterlos en un tarro de cristal para que se conserven mejor.

Ahora que ya sabes cuál debe ser siempre tu “fondo de frigorífico”, despreocúpate y disfruta improvisando en la cocina.

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